ALGUNOS CLIENTES
Entendemos que los requerimientos programáticos pueden, más allá de ser un mero corsé, ayudar a la formalización de la propuesta y vehicular hacia la solución idónea y deseada. El programa no sólo se resume a la lista de usos con una superficie aproximada, sino que va más allá, son las "reglas del juego". Esto incluye los deseos del cliente, el modo de uso de cada espacio concreto, etc. En este sentido entendemos que este programa es un diálogo más que una imposición, una especie de feed-back entre el equipo y el usuario.
Nuestro compromiso con la contemporaneidad no puede pasar de puntillas por uno de los temas fundamentales y paradigmáticos que tienen que vertebrar todo el proceso. Entendido todo el espectro de la palabra: energía, economía, medio ambiente, etc. En un ejercicio comprometido de arquitectura, entendida ésta como un servicio público, cada movimiento propuesto debe dar solución a múltiples factores. En nuestro ADN está el hacer "más con menos", como escribe Alberto Campo.
Los proyectos que comienzan con grandes limitaciones son los que, a menudo, mejores soluciones disciplinares aportan, procurando hacer siempre "de la necesidad virtud". Se convierten en una plataforma de experimentación y de oportunidad. Parafraseando al maestro De la Sota, nuestra misión será siempre dar "liebre por gato" al cliente: ofrecerle incluso más de lo que inicialmente nos pide.
La realidad de la profesión nos ha llevado desde los inicios a la realización de multitud de concursos. Este sistema, perverso en sí mismo, inocula en nuestra genética una metodología proyectual basada en la permanente puesta en crisis de cada movimiento dado, porque "en arquitectura lo contrario también es verdad" (Fernando Távora). Esta revisión cíclica no conlleva otra cosa que asegurar un producto, pensamos, de alta calidad arquitectónica.